viernes, 21 de octubre de 2011

Los chinos ya lo hicieron

Es sabido que los chinos tienen una cultura milenaria muy adelantada a la nuestra, y que por consecuencia nuestra cultura terminó absorbiendo muchos de los adelantos que los orientales habían conseguido. Por ejemplo el papel, la imprenta, la porcelana, la pólvora, o la seda se saben que son aportaciones que le dio la cultura China al mundo.

En el cine ese avance también se ve, conciente o inconscientemente a lo largo de la historia se ha imitado mucho del cine asiático, ya sea de China, Japón, Corea o Tailandia. Por eso sepamos que muchas de las veces que consideremos una idea creativa, muy probablemente los chinos ya lo hayan hecho.

Si se les ocurre un monstruo con forma de sombrilla que da lengüetazos, los chinos ya lo hicieron en 1968.

Yôkai hyaku monogatari (100 monsters Kimiyoshi Yasuda 1968)

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cineasta ilimitado

En la película de Neil Burgues Limitless (2011) el protagonista Eddie Morra (Bradley Cooper) es un escritor totalmente bloqueado creativamente que es incapaz de escribir un párrafo entero. Se encuentra por obra, forzadísima, del azar con la posibilidad de acceder a unas píldoras que no sólo le permiten superar su bloqueo mental sino que amplifican la actividad del cerebro al 100% otorgándole una capacidad de percepción y conocimientos aparentemente ilimitados.

Hasta ahí lo interesante de Limitless. La pregunta… ¿Qué haría si tuviera acceso a esa pastilla?

Yo, me dedicaría a ser director de cine. Mi ópera prima sería valiente y revolucionaria como El Ciudadano Kane. Redefiniría el lenguaje del cine y la forma de verlo como D.W Griffith. Encontraría una nueva estructura narrativa exitosa. Haría sólo películas buenas, a diferencia de Woody Allen. Filmaría películas tan intensas como las de Stanley Kubrick pero todos los años. Le descubriría nuevos significados al cine de Ingmar Bergman. Descongelaría a Walt Disney después de descubrir la cura a su enfermedad y co-dirigiríamos un cuento de hadas recuperando para siempre el cine de animación tradicional. Escribiría la Cahiers du Cinema yo solo. Sería un genio comercial como George Lucas. Mis películas quedarían grabadas en el inconsciente colectivo. Revulsionaría el mundo del cine aportando nuevas tecnologías como James Cameron. A recibir mis premios Oscar iría un indio Toba. Viajaría en el tiempo como en Volver al Futuro. Lograría que el público y la crítica coincidan su gusto en una película. Seguiría filmando hasta bien viejo como Manoel de Oliveira y dejaría inconclusa una última película que contendría la gran obsesión de toda mi vida.

lunes, 3 de octubre de 2011

The greatest movie ever sold es la más grande película jamás vendida.


Afiche realizado por Ron English: The greatest artist alive

Las marcas tienen un lugar importante en nuestras vidas, ellas están definiendo hoy en día nuestras sociedades. Podemos entender las diferencias de nuestras idiosincrasias simplemente comparando cómo llaman a una hamburguesa de Mc Donalds en Europa. Y si las marcas están en nuestras vidas, también lo están en el cine.

El director Morgan Spurlock, quien ya se metió con un gigante como lo es Mc Donalds al analizar los hábitos alimenticios y la obsesión con la comida chatarra de la sociedad norteamericana en Super Size Me (2004), puso el ojo sobre este fenómeno del marketing. La penetración de las marcas dentro del cine. Conocido en el mundo del marketing como product-placement.

The greatest movie ever sold (Morgan Spurlock 2011) es un documental que explora el mundo del marketing y la publicidad. Cómo las marcas encuentran nuevos medios todo el tiempo para comunicar su producto de la manera más creativa posible en algunos casos y en otros de manera descarada. En esta búsqueda de medios no tradicionales de comunicación las marcas encuentran un aliado en la industria del cine. Y la industria del cine encuentra en este co-branding un vehículo más para su financiación, pero sobretodo encuentra un aliado que ayuda a garantizar el éxito comercial, valiéndose de los canales de comunicación propios de sus marcas para comunicar sus películas.

Todo este proceso es develado en The greatest movie ever sold, donde es el mismo director Morgan Spurlock el que propone venderse como medio de promoción de estas marcas, al mismo tiempo que el proceso de venta se convierte en la película. Se debate si colocar una marca dentro de una película es de alguna manera pervertirse, perder la integridad, al mismo tiempo que lo vive en carne propia. Nos devela la frialdad del pensamiento calculador del marketing al mismo tiempo que lo utiliza para acercarnos a nosotros a la sala de cine.

Sin dudas un gran documental para debatir sobre el rol del product-placement cada día más influyente en el cine, en el arte y en casi todos los ¨medios¨ de nuestra vida.

Para finalizar esta entrada sobre product-placement quisiera dejar un espacio para mantener en el recuerdo la figura de ese gran compañero que supo ser Wilson. Sentimos mucho su perdida.